28 marzo 2004

“Si el asalariado Ordinario trabajase cuatro horas al día, alcanzaría para todos y no habría paro -dando por supuesta cierta muy moderada cantidad de organización sensata-. Esta idea escandaliza a los ricos porque están convencidos de que el pobre no sabría cómo emplear tanto tiempo libre”
Bertrand Russell. Elogio de la ociosidad. 1932


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 28 de marzo de 2004


Sábado. No han puesto las calles cuando salimos con destino a la Estación de Sants. Por el camino nos cruzamos con espectros que vuelven de un partido que, por los andares sinuosos de los que hacen gala, seguramente han perdido.
Dormito en el Euromed y, dos horas después de salir de Barcelona, llegamos a Castellón. Cae la misma lluvia que nos acompañará durante los dos días que pensamos pasar aquí. El fin de semana de fiesta en familia se convertirá, gracias a la meteorología, en un fin de semana familiar.
Pese a todo salimos, pateamos calles que imponen su ambiente festivo a una lluvia que quiere convertirse en la protagonista, nos cruzamos con bandas musicales de ropajes imposibles y nos regalamos tapas y aperitivos que ayudan a recuperar fuerzas.
En casa de Lidu, Jose, Alejandro y Joana las macetas de las plantas están protegidas con film transparente. Parece ser que la terrofagia de Joana no ha sido recibida con una actitud positiva por el resto de la familia.

Domingo. Por fin abandonamos el triste horario de invierno para llenar nuestras horas de luz. Por el camino hemos perdido una hora. No me importa, la doy por bien empleada. El día se alarga y las horas que nos sobran las podemos emplear en tertulias de terraza de bar y en otras actividades nobles que sin duda aportaran brillo a nuestro diario devenir.
Día de familia. Por la tarde cogemos el tren para volver a Barcelona. Ha sido un fin de semana divertido y, sobretodo, distinto.

No hay comentarios: