15 marzo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 14 de marzo de 2004


Me levanto pronto, desayuno con María José y juntos vamos a votar. Después aprovechamos que ya estamos en la calle para bajar caminando hasta el mar. Llueve y el viento levanta grandes olas que ya se han llevado la arena de media playa. Los únicos que aprovechan y, por lo que parece, disfrutan son unos cincuenta surferos que convierten, por unos momentos, nuestra ciudad en un Hawai de neopreno.
Tomamos un café mientras leemos el periódico e “L’Arenal” (Paseo Marítimo de la Barceloneta 93.221.08.10). Su situación privilegiada (sobretodo con la playa vacía) queda empañada por el desagradable olor que reina en el local. Pese a todo algún día le daremos una segunda oportunidad.

Por la tarde y dentro del ciclo de cine español patrocinado por mi padre (que pese a no tener DVD tiene una destacable selección de títulos en este formato) veo “Canciones para después de una guerra” de Basilio Martín Patiño. Crónica sentimental de lo más negro de cuarenta años de dictadura el filme sigue siendo, pese a una excesiva economía de medios muy patente en algunos momentos, un soplo de aire fresco.

Paso la noche colgado de los diferentes programas de información sobre los resultados electorales. Después de ocho largos años parece que este país saldrá del túnel en el que el PP nos quiso meter. Esperemos que entre todos sepan hacerlo mejor (hacerlo peor es realmente difícil) y que el ambiente de crispación que últimamente se había instalado entre nosotros se disipe con los aires nuevos.

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