12 febrero 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 11 de febrero de 2004


Hay días en el que abres el periódico y encuentras el titular que llevas años buscando: “Evacuado un pueblecito por combustión espontánea de los electrodomésticos”. (En este punto me veo obligado a explicar que, aunque me gustaría, no suelo leer “El Caso” y que el titular en cuestión pertenece a la edición de hoy de “La Vanguardia”). Después, al leer el artículo firmado por María-Paz López –corresponsal en Roma -, descubro alucinado que todo lo que se lee en el titular parece ser cierto: en Caneto di Caronia, pequeño pueblo de Sicilia, los electrodomésticos empiezan a arder incluso cuando están desconectados de la red eléctrica. El problema es tan recurrente que las autoridades se han visto obligadas a evacuar parte de la población (unos 40 vecinos, los más afectados) ante el inexplicable y peligroso fenómeno. Por suerte no todo el mundo ha perdido la cabeza. Gabriele Amorth, presidente honorario de la Asociación Internacional de Exorcistas ha declarado que, en su opinión “lo primero que hay que hacer es llamar a un sacerdote para que bendiga las casas”.
Este es el tipo de noticias que uno espera encontrar cuando invierte un euro en un periódico. Y es el tipo de noticia que, por desgracia, sé que no tendrá continuidad. Jamás nos volverán a hablar de Caneto di Caronia, nunca sabremos nada más de este pueblecito siciliano (a no ser que algún empresario turístico con vista incluya, dentro de un tour por la isla, como atracción “la liquadora qui arde”) y, lo que es peor, jamás sabremos las causas de este fascinante fenómeno.

Desayuno con María José y pasamos la mañana juntos. Cuando se marcha a trabajar arreglo un par de asuntos relacionados con mi actual trabajo y me voy al cine. Disfruto como un enano con 21 gramos y vuelvo a casa.
Por la noche quedo con Oriol, Sonia, José Lusi, Jordi B. y Jose (antes conocido como Paquito) para cenar en El Foro; tenemos suerte y nos ponen en un reservado donde se está mucho más tranquilo. Aunque han pasado ya tres años desde la última vez que trabajamos juntos, tengo la sensación de que es mucho menos tiempo. Reímos con viejas historias, nuevos cotilleos y ponemos verde a todo el que se lo merece.
Después de cenar, copas en el Black Horse. Me lo he pasado bien, tengo que verlos más a menudo.

21 Gramos
Alejandro González Iñarritu

Cualquier punto de partida, cualquier momento, es bueno para emprender la narración de una historia siempre que se dominen los antecedentes y la conclusión del relato. Lo importante es no perder jamás el pulso y eso es lo que consigue, de manera magistral, Alejandro González en su nueva película. Tres historias paralelas que convergen en más de una ocasión, tres vidas marcadas por un hecho trágico, tres actores en estado de gracia (Naomi Watts, Benicio del Toro y Sean Penn) y una historia bien contada a base de piezas de un puzzle que, poco a poco, van encajando en la mente del espectador. Imprescindible.

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