22 diciembre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 21 de agosto de 2003


Sábado, con la tranquilidad que da el deber cumplido, dedicamos la tarde a ver películas que teníamos grabadas (“Lucia y el Sexo” y “Pijama para dos”).

Domingo. María José y yo saludamos las primeras horas del día disfrutando de una falta de actividad digna de un domingo por la mañana. Después de muchos esfuerzos conseguimos vencer nuestra pereza y salimos a la calle. Paseamos por el barrio y, en la plaza Sant Jaume, intentamos hacernos con un bocadillo de Can Conesa. Imposible, una cola soviética impide nuestro acceso al deseado manjar. Seguimos caminando y finalmente comemos (por 6 euros los dos) en La Pizza del Born.
En el Black Horse (los domingos abre a la 1), cerveza en mano, leemos el periódico. No hay casi clientes y nos estamos un buen rato.

Vuelta a casa. Mientras María José sestea en el sofá yo sigo con el ciclo “películas grabadas de la tele que estamos acumulando desde hace meses”. El título elegido para hoy es El Misterio de la Cripta Embrujada, basada en la novela de Eduardo Mendoza.

Cena en casa de Yoli y Rafa. Hacía tiempo que no nos veíamos y ya tenía ganas. La cena es espectacular (muchas cosas y todo muy bueno).
Al salir (mañana María José trabaja y mi riñón no tiene ganas de alargar la velada) está lloviendo y nosotros vamos en moto. Llegamos a casa empapados, pero nos hemos divertido por el camino.

Mañana vuelta al trabajo (pero por suerte sólo serán unas horas).

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