02 octubre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 2 de octubre de 2003


Creo que me voy a prohibir la entrada al Fnac. Ante esta afirmación, alguien puede pensar: ¿Pero que oscuras razones pueden empujar a este simple a renunciar al acceso a uno de los templos de la cultura contemporánea? ¿Porqué este bobo quiere vetarse la entrada a esa cueva de las maravillas que tanto bien hace por nosotros? Intentaré explicarlo con un ejemplo (¿ficticio?):

Pongamos que un día, un miércoles, tengo tiempo por la mañana. Decido entrar en el Fnac para, por ejemplo, comprarme “Álbum”, el último disco de La Buena Vida. Pongamos que, por un casual, el disco se encuentra –destacado- en la sección de novedades.
Ya tengo el disco, lo normal sería pagar y marchar. Pero en ese día ficticio en el que se desarrolla el presente ejemplo, yo no tengo prisa y decido dar una vuelta por la tienda.
En un expositor vecino encuentro, a un precio ridículo “Moda Pop”, un sampler recopilatorio del sello Elefant Records (que podría ser mi sello nacional favorito), y decido comprarlo también.
Estoy en el Fnac y, pongamos, recuerdo que hace tiempo que voy detrás de los "American" de Johnny Cash. Busco en el exiguo expositor dedicado a la country y encuentro, mirándome con ojos zalameros, un ejemplar huérfano de “American III: Solitary Man”. Es de importación y está caro, pero... que diablos, los ratos que me ha proporcionado el “American IV” no tienen precio. Lo cojo.
Estoy asustado, tengo tres cd’s en la mano y todavía miro más. En un momento de lucidez decido huir, evitando los expositores de flamenco y jazz, por la sección de libros. Antes de llegar a caja veo una portada de un libro de, por ejemplo, Douglas Preston y Lincoln Child (podría ser “Más allá del hielo”) y decido regalárselo a María José.

Consigo salir por fin, con mucho más de lo que había venido a buscar y tras plantearme, en la cola de la caja, si necesito cd’s vírgenes, vhs’s para grabar series, un ordenador portátil o un juego para pc...
Lo dicho: o me prohíbo la entrada en el Fnac o me voy a vivir allí.

Jueves. A las tres soy un hombre libre. Quedo con Eli (ahora trabajamos cerca) para comer. Vamos al Japonés de detrás del trabajo. Me lo paso bien, intentaré quedar con ella más veces. Eli se marcha a trabajar y yo hago una cerveza en el Canigó mientras espero que abran la óptica. ¡Tengo gafas nuevas! Y son muy cómodas.
Escucho discos en casa (que bueno el de Johnny Cash) mientras escribo y envío esto. Ahora, cuando acabe, me voy... he quedado con Jordi R. para ir a un concierto de Albert Pla en el Lliure.

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