13 octubre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 12 de octubre de 2003


Domingo nuboso. María José prepara el desayuno. Nuestra intención era volver al Club a jugar pero las agujetas lo ponen difícil. Después de mucha lectura y no menos vagancia decidimos intentarlo. Un rato de básquet y después un poco de tenis nos dejan al borde de la extenuación. Sudados y muy satisfechos volvemos a casa.
Después de comer toca la siesta reglamentaria. Mientras MJ duerme acabo de leer “A pleno sol”, lo he disfrutado más que la primera vez que lo leí.
Recogemos la casa y, antes de marchar, pasamos por casa de Jaume y Anna. Hace un año que tienen el privilegio de vivir en la urbanización y todavía, desde el nacimiento de Martí, no nos habíamos pasado a visitarlos. Jugamos con Claudia (que ya está muy mayor) y nos ponemos al día. La próxima vez quedaremos para cenar.

De nuevo en casa tengo la sensación de que ha pasado mucho tiempo desde que marché: he visto a amigos que hacía tiempo que no veía, he hecho deporte de la manera que a mí me gusta, he conocido a gente nueva, he reído, he leído, he recuperado sensaciones y vivencias... he vivido. A valido la pena.

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