DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado 19 de julio de 2003
“...aprender a perder el tiempo nos libera de tensiones...” Santiago García Quintana. Hacia el Ocio. Buenos Aires. 1957
Hoy hace 8 años que María José y yo empezamos a vivir en nuestra casa. Para celebrar lo bien que estamos aquí, decidimos no hacer nada de provecho durante todo el día (renunciando a una tarde de copas con amigos en Cala Banys). Acabo El Eco Negro de Michael Connelly (una excelente novela negra, una actualización del género sin renunciar a la utilización de algunos tópicos), disfruto con otra etapa de ensueño del Tour y poco más. Día muy productivo.
Son casi las 23:00 cuando salimos de casa con destino al Rialto. Hemos quedado con David, Yola, Pablo, Víctor, Laura, Jordi y Ramón para cenar. El motivo principal de la cena es encontrarnos con Pablo que ha venido a Barcelona unos días procedente de su exilio en un país bárbaro. Pero Pablo es víctima de unas fiebres que lo retienen en la cama y tenemos que cenar sin él. El calor en el Rialto es insoportable. Si el infierno es algo parecido a esto prometo portarme bien de hoy en adelante.
Copa en una terraza del paseo Colon, mucho calor. Volvemos a casa.
Empiezo Un Tranvía en SP, de Unai Elorriaga. Leo un capítulo y, pese a que el libro promete, caigo dormido.
20 julio 2003
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